Los asuntos que ocupan la agenda reformista del Gobierno Nacional en Colombia, especialmente en temas de salud (Proyecto de Ley- PL 339 de 2023), son el reflejo de una coyuntura trascendental que va más allá de las tensiones y los álgidos debates legislativos. Se trata de una oportunidad única para abordar las brechas en la prestación de servicios y en la garantía del derecho a la salud entre las zonas rurales y urbanas, y entre el centro y la periferia.
Estas desigualdades están atadas a determinantes como la pobreza, el hambre, la ausencia de saneamiento básico, que afectan a las comunidades históricamente marginadas y vulnerables, requieren ser enfrentadas de manera integral para asegurar la plena garantía del derecho a la salud para toda la población a lo largo y ancho del territorio nacional. Aunque varios actores sociales y políticos han centrado el debate de la reforma al sistema de salud sobre la necesidad de recuperar la gestión pública de los recursos de salud, puede ser más transformador y trascendente el desarrollo de políticas, programas y acciones territoriales, ambientales, socioeconómicas y con enfoque de género. El objetivo central de este documento es identificar cuatro grandes oportunidades que, por su importancia en la garantía del derecho a la salud, deberían ser consideradas por el Gobierno Nacional para convertir el debate sobre la reforma al sistema de salud en políticas y herramientas de transformación social.
Estas oportunidades están relacionadas con la necesidad de (i) reducir las inequidades territoriales en la garantía del derecho a la salud; (ii) incorporar un sistema de patentes y de regulación de precios de medicamentos innovador,
con principios de solidaridad y colaboración Latinoamérica/sur global y con vocación de autonomía sanitaria y de seguridad farmacéutica; (iii) involucrar la perspectiva de género para saldar la deuda que se tiene con las mujeres y personas LGBTIQ+ en materia de salud; y (iv) promover la selección de medicamentos esenciales y la eco- farmacovigilancia para reducir tanto el desperdicio, como el impacto medioambiental del sobreconsumo y el uso inadecuado de medicamentos.
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