La Cumbre CELAC–UE es un espacio clave de diálogo político y cooperación entre América Latina, el Caribe y la Unión Europea, donde los Estados acuerdan soluciones y compromisos conjuntos. Su cuarta versión, realizada en Santa Marta los días 9 y 10 de noviembre, definió acuerdos y compromisos en derechos humanos y espacio cívico, transición energética justa, financiamiento para el desarrollo y Pacto Birregional por los Cuidados.
Para incidir en esta Cumbre, Oxfam Colombia buscó generar y aportar en la elaboración de posicionamientos clave, así como hacer seguimiento a los acuerdos y compromisos de la Cumbre a través de alianzas con otras organizaciones y procesos sociales, como el Grupo de Trabajo de Sociedad Civil CELAC–UE.
Ahora bien, la adopción de una declaración para fortalecer el Pacto Birregional por los Cuidados representa uno de los grandes avances de esta Cumbre, después de un proceso acumulado entre instancias, gobiernos y organizaciones sociales de ALC y la UE, así como de estrategias y compromisos previos para impulsar una base sólida para este Pacto1.
Los cuidados, según la Corte Interamericana de Derechos Humanos (2025), son un derecho autónomo y universal, esencial para la vida y la sociedad, lo que obliga a los Estados a garantizarlo mediante políticas y medidas efectivas2. Por esto, es necesario avanzar hacia una sociedad basada en los cuidados, cuyo objetivo sea colocar la sostenibilidad de la vida en el centro de la organización social, económica, política y cultural. En esta sociedad, se reconoce que todas las personas requieren cuidados en distintos momentos de su vida y que este trabajo debe redistribuirse de manera justa para enfrentar y reducir las desigualdades de género, principalmente a favor de las mujeres indígenas, rurales y afrodescendientes, quienes enfrentan múltiples violencias y barreras estructurales.
El derecho al cuidado implica también el reconocimiento de las prácticas ancestrales, culturales y comunitarias que han sostenido y garantizado los cuidados en diferentes territorios de ALC y la UE, así como las personas que históricamente los han practicado y liderado.
¿Qué nos deja la Cumbre CELAC–UE para la garantía de este derecho y la promoción de una agenda para la justicia de género por parte de los Estados? ¿Qué tipo de incertidumbres o retos genera la implementación de la declaración del Pacto Birregional por los Cuidados?
La declaración del Pacto plantea medidas para intercambiar información entre Estados sobre buenas prácticas, políticas públicas y datos clave sobre oferta y demanda de cuidados, brechas de género y calidad de los servicios. Propone también compartir estudios sobre las condiciones laborales, acceso a salud y protección social de las personas trabajadoras del cuidado, a la luz de los flujos migratorios y las cadenas regionales y globales de cuidados.
No obstante, esta declaración enfrenta tres grandes incertidumbres. Primero; realiza énfasis en promover inversiones innovadoras, financiamiento y alianzas público-privadas para sistemas de cuidado que podrían abrir la puerta a recursos del Global Gateway4, una estrategia de cooperación UE–ALC cuyo enfoque genera fuertes alertas. Su implementación podría impulsar proyectos bajo lógicas de productividad y endeudamiento que afecten el sentido de una sociedad para los cuidados, profundizando desigualdades entre regiones y dentro de los países, afectando la garantía de derechos y condiciones básicas necesarias para construir sistemas de cuidado justos y sostenibles.
En segundo lugar; las posibilidades de incidencia, participación y seguimiento de la sociedad civil sobre los avances de esta declaración son ambiguas. Las “modalidades de consulta” dirigidas a sociedad civil, academia e interlocutores sociales, deben trascender a mecanismos multiactor, que permitan la interlocución diversa, directa, vinculante y bajo condiciones igualitarias de actores estatales y no estatales. Deben buscar la rendición de cuentas, monitoreo, retroalimentación y si es necesario, el restablecimiento de compromisos para mejorar la implementación de este Pacto.
En tercer lugar, las modalidades de cooperación dependen de la voluntad de los países de ALC y la EU, supeditando la implementación de este Pacto a las prioridades político – electorales de los Estados, la convergencia o posicionamientos en contra frente a la promoción de una agenda de cuidados y para la justicia de género en las dos regiones, y las prioridades de financiación birregionales, que por el momento están condicionadas por la estrategia Global Gateway.
Finalmente, para el caso colombiano, la implementación de este Pacto así como la continuidad de una agenda nacional para los cuidados basada en los derechos humanos, dependerá en parte del contexto y las prioridades electorales para el año 2026. También existen incertidumbres sobre la continuidad del Ministerio de la Igualdad y la Equidad, generando posibles retos para la institucionalidad del país sobre quién tomará y continuará las políticas y acciones relacionadas con la Política Nacional de Cuidado en Colombia. El cierre progresivo del espacio cívico en la región, así como la proliferación de grupos anti derechos y posicionamientos políticos de extrema derecha5 también ponen en riesgo esta agenda en el país.
La Cumbre CELAC–UE dejó avances importantes para la agenda de cuidados, pero también evidenció profundas tensiones y vacíos que ponen en riesgo la implementación del Pacto Birregional. El reto es garantizar financiamiento justo, participación incidente de la sociedad civil y un enfoque centrado en derechos, evitando que la cooperación quede subordinada a intereses productivos o de mercado. Desde Colombia y la Región, la vigilancia y la incidencia seguirán siendo clave para avanzar hacia una sociedad basada en los cuidados.
Por: Laura Daniela Ramírez Bueno
Oficial de Influencia
Oxfam Colombia