Impacto de la pandemia en la situación laboral de las mujeres rurales

La crisis generada por la COVID-19 ha tenido efectos negativos en el empleo y ha ampliado las brechas de género en Colombia. Este informe presenta una serie de estadísticas que muestran los efectos diferenciados entre mujeres y hombres, con especial énfasis en las mujeres rurales, quienes desde antes del inicio de la pandemia presentaban indicadores preocupantes en la participación laboral y en la ocupación. Adicionalmente, las mujeres rurales son altamente vulnerables porque enfrentan niveles de pobreza elevados, alta informalidad laboral y falta de ingresos propios. Como se observa en este análisis comparativo, su situación laboral se ha visto fuertemente afectada.

Este informe hace énfasis en el trabajo de cuidado no remunerado de las mujeres rurales y en cómo este ha cambiado por la crisis. Las mujeres rurales tienen las tasas de participación laboral más bajas y son el grupo poblacional con mayor proporción de personas inactivas dedicadas a oficios del hogar, realidad que se agudizó significativamente por la pandemia. 

Además, el número de horas a la semana que las mujeres rurales dedicaron a oficios del hogar y a actividades de cuidado aumentó mucho más que el de los hombres rurales en el segundo cuatrimestre de 2020 frente al mismo periodo de 2019.
Las mujeres rurales cumplen un importante papel en el suministro de alimentos para el consumo de la población colombiana. La mayoría de ellas se encuentra bajo el modelo de agricultura campesina, familiar y comunitaria, que genera el 80% de los alimentos perecederos que son consumidos en los hogares colombianos (DNP, 2015). No obstante, enfrentan brechas en relación con los otros grupos poblacionales en términos de ingresos, economía del cuidado, empleo y garantía de derechos.

Las mujeres rurales son el grupo poblacional con mayor porcentaje de sus integrantes sin ingresos propios, desde antes de la pandemia. El 36,1% de las mujeres rurales estaba en esta situación en 2018, frente al 25,7% de las mujeres urbanas, 8,7% de los hombres rurales
y 11,5% de los hombres urbanos (Cepal, 2020).
Los hogares rurales con jefatura femenina fueron los más afectados por la pobreza, con el 51,8% en situación de pobreza monetaria en 2019 y el 23,6% en situación de pobreza extrema (DANE, 2020). En contraste, los hogares con menores porcentajes de pobreza monetaria y pobreza monetaria extrema fueron los de las 13 principales ciudades y áreas metropolitanas con jefatura masculina, los cuales enfrentaron tasas de pobreza monetaria y pobreza extrema de 26% y 3,4% respectivamente.        

Esto significa que antes de la pandemia las mujeres rurales ya enfrentaban dificultades para garantizar su subsistencia y la de sus familias, lo cual les deja un menor margen para afrontar situaciones de crisis. Como veremos más adelante, las mujeres rurales en Colombia durante la pandemia han sido afectadas por la disminución de las oportunidades de empleo.

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